ALGUNOS ASPECTOS QUE DEBO SABER (SEGUNDA PARTE)

Hemos estado hablando del problema de la actitud con que llegan los alumnos al salón de E.D. y cómo podemos lograr su atención a pesar de su actitud. Hablemos un poco de algunas sugerencias para mejor las circunstancias externas para lograr mayor atención a la clase.

HAY TRES PREGUNTAS BÁSICAS QUE TODO MAESTRO DEBE CONSIDERAR PARA LOGRAR UNA ATENCIÓN EFECTIVA DENTRO DEL SALÒN.

Estas son: ¿A dónde voy? ¿De dónde vienen los alumnos? ¿Cómo podemos llevar a los alumnos de donde están a donde deben estar?
Consideremos la pregunta ¿A dónde voy? Esto tiene que ver con lo que queremos lograr, nuestra meta. Si tu tienes una idea clara de la dirección de tu enseñanza o la razón por la que enseñas, ¡gloria a Dios!. Si no la tienes, piensa en lo siguiente. Debemos querer "exponer a nuestros alumnos a la Palabra de Dios de tal forma que cambien su actitud y comportamiento con la ayuda del Espíritu Santo para que concuerde exactamente con lo que enseña la Biblia". Esto es lo que debemos lograr con nuestra enseñanza.

Hay una ilustración muy sencilla que nos puede ayudar a entender este concepto. Levante su mano con los dedos extendidos. Esta mano representa la enseñanza absoluta (o sea, la que no puede cambiar) de la Palabra de Dios. La otra mano representa tu vida. Pon la mano que representa tu vida empalmada con la que representa la enseñanza de Dios de tal forma que NO concuerden los dedos. En otras palabras, las manos no van a concordar exactamente. Esta posición representa cómo nuestra vida no está de acuerdo con lo que nos enseña la Biblia.
Como la Biblia nunca se va a ajustar a nuestra vida sino que nosotros nos tenemos que ajustar a lo que nos dice Dios, la mano que representa la Palabra de Dios nunca se va a acomodar a la posición de nuestra otra mano que representa nuestra vida.
Asi como mi vida se tiene que ajustar a la enseñanza bíblica, la mano que representa nuestra vida se tiene que mover hasta que quede absolutamente alineada con la otra mano. Ese movimiento de la segunda mano es nuestra tarea como maestros. Nos toca enseñar de tal forma que los alumnos entiendan cuáles movimientos tienen que efectuar para que su vida se alinee totalmente con lo que Dios nos pide.
¿Tienes este sentido de dirección en tu enseñanza? Si no, analiza tus motivos, tu entrega y tu meta para tu enseñanza hasta que tengas un buen sentido de dirección que concuerde con la Palabra de Dios.

La pregunta ¿De dónde vienen? Tiene que ver con el alumnado. Nosotros ya sabemos a dónde queremos llegar, pero también tenemos que saber en dónde están nuestros alumnos.
Necesitamos entender su actitud, su filosofía de vida, su condición eterna, y su nivel de crecimiento espiritual.
Este es un paso necesario para saber cómo entregarles la enseñanza y la aplicación espiritual. Para ayudarnos a saber cómo lograr esta tarea, usemos tres conceptos: Interés, Necesidades, y Estilos de Aprendizaje.
Si queremos que nuestros alumnos pongan atención a la enseñanza, nosotros como maestros tenemos que saber cuales son los intereses de nuestros alumnos. Primero, tenemos que saber qué les interesa a ellos. Esto se logra con simple observación. Cada edad tiene intereses que los caracteriza. Esto tiene que ver con las emociones, la lógica, la quietud, la actividad, el compañerismo con el sexo opuesto o total desinterés en ello.
Fíjate si tus alumnos son sedentarios, activos, curiosos, argumentativos.
Dentro de estas características generales, también nos conviene enterarnos de los intereses personales de cada alumno. Al tener esta información, la podemos usar para que nuestra enseñanza se alinee con sus intereses y pique su curiosidad para participar. En segundo lugar, cada maestro debe de mostrar un interés genuino por aquellas cosas que son de interés para el alumno.
Nuestros alumnos no son tontos bien que saben quien los quiere genuinamente y quien no. Hay varias formas de demostrar ese interés. El saber cada nombre de cada alumno es uno de ellas, el recordar las peticiones, los problemas, las circunstancias (exámenes, citas con doctores, familiar inconverso, el nuevo gatito) que afectan la vida de los alumnos es otra manera de demostrar ese interés. A veces, la simple expresión verbal de cariño o un abrazo cuando es adecuado es suficiente para demostrar interés.
Durante la clase misma, el mirar a los ojos de cada alumno en vez de leer la lección ayuda a demostrar interés y a obligarlos a mantener su atención en ti como maestro. Si quieres la atención de tus alumnos, tienes que ganarte su corazón.
Cada ser humano tiene necesidades. Hay necesidades conocidas ("tengo sueño", "tengo miedo") y necesidades desconocidas (situaciones mas profundas en el ser que los síntomas que se ven). Uno ejemplo aclaratorio de esto último podrían ser el joven o la señorita prepotente que siempre toma el control de la clase o de las conversaciones.
Por lo general se concluye que esta persona es así como se porta y no se analiza que realmente su necesidad de aceptación o aprobación es tan grande y su auto estima es tan pobre que la actitud de prepotencia es una máscara de protección personal. El caso podría ser todo lo contrario. El joven podría ser inexplicablemente indiferente a sus compañeros, maestro y la enseñanza bíblica, pero este comportamiento esconde la misma necesidad de aceptación que el joven agresivo. Si como maestros sólo vemos la personalidad agresiva y un poco molesta o la apatía, no vamos a poder llevar la enseñanza a la verdadera llaga que está profundamente enterrado en el ser de la persona atormentada.
Interesantemente, a veces los intereses del alumno no son sus necesidades. Un ejemplo de esto sería el parvulito que sólo quiere correr pero no entiende que su cuerpecito no resiste estar constantemente agitado y necesita algo de descanso. El no quiere estar quieto, pero lo necesita. Es de mucha ayuda dedicar un poco de tiempo a las características generales de la edad que estamos enseñando para saber cuales son sus intereses y cuales son sus necesidades.
En los estos dos pasos anteriores, hemos aprendido un poco cómo identificar el panorama humano de nuestro salón. Pero hay otro factor que nos podría ayudara encontrar su camino personal de aprendizaje, tomarlos de la mano y llevarlos a mejor enseñanza espiritual. Esto tiene que ver con Estilos de Aprendizaje.
Se oye mucho de Estilos de Enseñanza, pero poco de cómo aprende cada alumno. En un sentido, el conocer cómo aprenden mis alumnos me es de más ayuda de crear mi propio estilo de enseñanza. Es un área relativamente complicado, pero en una forma somera podríamos decir que hay cuatro forma de recibir y procesar información.

1. Estilo visual. Esta persona tiene que VER para poder aprender. Le encantan las gráficas, los mapas, los dibujos, las líneas de tiempo y las ayudas visuales de cualquier forma.
No le gusta simplemente oir la clase porque no es suficientemente clara para él.

2. Estilo auditivo. Esta persona prefiere oír la enseñanza. Por lo general voltea los ojos para no ver al maestro para no distraerse y colocar su oído mas cerca del sonido de la voz del maestro. Da la impresión que no está poniendo atención, pero no necesariamente es el caso.

3. Estilo tactil. Esta persona aprende por medio de las sensaciones que recogen sus dedos. Todo lo tiene que tocar. Aunque es cierto que no se puede acomodar toda la enseñanza a este estilo de aprendizaje, si hacemos provisión para ello, estas personas pueden aprender mas efectivamente.

4. Estilo móvil. Este estilo de aprendizaje es el más frustrante. Hay personas que simplemente no pueden quedarse quietas. Bien es cierto que a veces esto se da porque los padres nunca proveyeron de una disciplina adecuada, y al maestro le toca discernir entre un estilo de aprendizaje y una persona indisciplinada.

Como maestros no nos toca "componer" a las personas que tienen un estilo de aprendizaje diferente al nuestro! Tenemos que reconocer que Dios los hizo así, y tenemos que tomar en consideración este factor.
También tenemos que recordar que no siempre será posible cubrir en una hora de clase todos los estilos de aprendizaje. Difícilmente vamos a tener contentos a todos todo el tiempo, pero si planeamos las lecciones de tal forma que haya algún acomodamiento para cada estilo en nosotros como maestros nos toca encontrar a nuestros alumnos donde están para ayudarles a llegar a donde deben estar. No nos toca quejarnos porque nuestros alumnos no están donde nosotros pensamos que deberían estar en el proceso de madurez espiritual.
Para poder mantener la atención de mis alumnos, tengo que tomar en cuenta sus intereses, sus necesidades y sus estilos de aprendizaje.
Ya hemos hablado de nuestra meta como maestros. También hemos mencionado factores que nos ayuda a entender de donde vienen nuestros alumnos. Pero ¿cómo llevo a mis alumnos de PUNTO A (el punto en donde se encuentran en su maduréz espiritual y su conocimiento bíblico) a PUNTO B (donde yo quiero que estén, mi meta en la clase)? Hay varios factores que nos pueden ayudar.

¿QUE DEBO ESTUDIAR?
Para lograr mayor atención en la clase, tengo que poner mayor atención a mi preparación y la ejecución de mi contenido en el aula. Para hacer esto, necesito un buen material de E.D. Si tienes un material adecuado para tu clase, que bueno. Si no, aquí hay varios factores que deberías tomar en cuenta.

1.- Asegúrate que el material haya sido escrito específicamente para la edad que tienes.
2.- Asegúrate que el material sea progresivo en su enseñanza. Cada departamento (parvulitos, principiantes, primarios, intermedios, ) debería tener un contenido que se adapte a su edad, pero que progresa de departamento en departamento. Esto implica que conforme van creciendo, van adquiriendo contenido más difícil y completo, pero basado en la enseñanza que recibieron en los departamentos anteriores.
3.- Asegúrate que cada lección del manual tenga un propósito a cumplir y una aplicación adecuada a la edad.
Una cosa básica que todo maestro tiene que saber es que el manual de E.D. no es su libro de texto. El manual o cuaderno del maestro es una herramienta útil para el estudio y la orientación del maestro antes de llegar a la clase. El manual de la clase de E.D. a cualquier edad es la Biblia. El cuaderno se usa en casa y se queda en casa. A la clase los domingos sólo debes llevar la Biblia con algunas notas. Durante la clase, la Biblia es lo que debe de predominar más que cualquier cuaderno o ayuda visual.
Con este trasfondo, ahora nos toca hablar de la mera preparación de la lección. Cuando empiezas a estudiar tu lección, deberías tomar en cuenta los siguientes factores.
1.- Ten muy claro en tu mente cuál es la meta que quieres lograr para la lección. Anótalo sencillamente para tu orientación. Di "Este domingo quiero lograr.....(llena el espacio con tu meta)." "Al final de esta clase quiero que mis alumnos puedan responder de.....forma." "......es la manera en que voy a lograr esta meta." Si tu como maestro sabes a donde vas, es fácil dirigir a otras personas en la misma dirección.
2.- Al estudiar la lección o historia bíblica, hazte algunas preguntas. Aquí hay algunas sugerencias pero puedes agregar otras preguntas a la lista.
a) ¿qué concepto estoy tratando de comunicar?
b) ¿es un concepto difícil de entender?
c) ¿cómo lo entiendo yo?
d) ¿cómo lo puedo explicar en una forma tan sencilla que un niño de primaria lo podría entender?
e) ¿cómo puedo lograr que los alumnos se interesen en este concepto o historia?
f) ¿cómo puedo explicar el concepto en 3 o 4 diferentes formas para asegurame que todos lo entiendan?
g) ¿Cómo pueden los alumnos usar esta enseñanza en la vida diaria de lunes a sábado?

3.- Una de nuestras tareas como maestros es NUNCA presuponer que los alumnos están familiarizados con todos los detalles alrededor de la enseñanza. Tengo que explicar las palabras difíciles, los conceptos nebulosos, los símbolos que abundan en la Biblia, el trasfondo histórico, y quienes son los personajes bíblicos.
Hay vocabulario cristiano que usamos con tanta facilidad pero no podríamos definirla. Si no sabemos a ciencia cierta cómo definir una palabra, entonces no conocemos el significado.
Explicar, explicar, explicar. Es mejor pecar de mucha explicación que dejar un hueco donde alguna enseñanza pudo haber sido mas completa.

¿COMO DEBO ESTUDIAR?
Para mayor atención, mayor preparación. A continuación aparece una lista de sugerencias prácticas para una preparación adecuada de la clase de E.D.
1.- Disciplínate a estudiar lentamente.
Una buena comida requiere tiempo de preparación y cosción. También lo requiere una buena lección. No pienses que puedas sacar la clase en 45 minutos el sábado por la tarde.
2.- Aprende a usar toda la semana.
El domingo o lunes, haz una evaluación de lo que pasó el domingo, porqué tuviste éxito o fracaso, qué faltó, cómo se portaron, que tengo que cambiar. El resto de la semana la puedes usar para acomodar los cambios a la luz de la nueva lección.
3.- No tengas miedo de ser creativo.
El mundo que nos rodea es indescriptiblemente creativo. La era en que vivimos es interactivo, a todo color, brillante y fascinante. No es posible que esperamos mantener la atención de los alumnos en una clase aburrida y en "blanco y negro"!
4.- Antes de pintar, cortar, crear ayudas visuales o idear un plan fabuloso, toma el tiempo para estudiar y aprenderte perfectamente la historia o lección bíblica. Este es el corazón de tu clase, no las ayudas visuales.
5.- Cualquier idea que valió la pena pensarla, vale la pensa llevarla acabo.
Esto quiere decir que necesitas calcular suficiente tiempo para hacer, construir, comprar o acabar la idea. Si la dejas hasta el final de la semana, muchas veces no da tiempo de llevarla acabo.
6.- Maximiza tu esfuerzo. Cuando haces o compras alguna ayuda visual, guárdala con cuidad al regresar a casa y vuélvala a usar. No tiene caso trabajar extra si ya la hiciste una vez.
7.- Mantén un cuaderno de todo lo que haces en tu clase. Esto puede incluir tus notas de la lección, tus ideas, los versículos memorizados, nombres de las visitas y cuando llegaron, fecha de la clase, quien aceptó a Cristo, alguna petición de oración. Pensamos que todo lo vamos a recordar. No es cierto! Ayúdate de esta forma. Al terminar todas las hojas del cuaderno, usa un marcador para identificarlo con fecha y contenido. Esto facilita el buscar algún material en particular cuando lo necesites además de llevar un buen registro de lo que vas haciendo en la clase.
8.- PRACTICA. Aún los profesionales practican. En voz alta, da tu clase una, dos o hasta tres veces durante la semana.
Esto logra varios propósitos. Te vas dando cuenta de secciones de la clase confusas y tienes tiempo para cambiar algo. Además logras fluidez y familiaridad con el contenido. Esto sirve para que puedas mantener el control de la atención en tu clase porque no tienes que leer tus notas.
9.- Conforme vas estudiando la lección, haz una lista de las cosas que aun falta por hacer. Un mapa, comprar lápices, buscar un versículo, llamar a fulanito. Al ir logrando estos detalles, puedes tacharlos de la lista.
10.- Mantén un fólder de todo lo que llevas para tu clase en exactamente el orden en que lo vas a ocupar. De esta manera, no se traspapela nada, no agarras alguna ayuda visual que no toca allí y lo más importante, no pierdes la atención de tus alumnos.

LA APLICACIÓN (De vital importancia)
Por último, a nosotros como maestros nos toca ser ingenieros. Tenemos que construir un puente entre el material que dimos y la vida del alumno fuera de la clase. Esto tiene que ver con la aplicación. Ningún alumno debe de salir de un aula de E.D. sin una manera clara de como usar ese contenido. El no aplicar la lección sería como entregarle al alumno un sartén caliente sin un mango con que agarrarlo y luego sorprenderte cuando no sabe que hacer con el sartén. El mango es la aplicación. La aplicación contesta a la pregunta "¿y qué hago con ésto?" Filipenses 2:16 nos dice que el creyente puede pararse firmemente en una generación maligna y perversa "asido de la Palabra de Dios". La enseñanza bíblica tiene que afectar la vida, la actitud y el comportamiento del alumno para alinearlo con lo que dice Dios.
Hay una verdad básica de la vida que dice que lo que se invierte está en proporción directa a lo que cosechas Tomando en cuenta la obra del Espíritu Santo, esto también es cierto en la enseñanza espiritual. Si yo quiero ver resultados en la vida de mis alumnos, tengo que invertir en ellos. Gálatas 6: 7 dice que no nos engañemos, lo que sembramos, vamos a cosechar. Versículo 9 dice que no nos cansemos en hacer el bien porque vamos a cosechar.
Maestros de E.D., ánimo. Sí es posible mantener la atención en la clase de E.D. y sacar todo el provecho posible de la experiencia. Pon todo tu empeño y vas a ver que Dios te va a dar la victoria.
Sirve al Señor con todo tu corazón y haciendo todo con excelencia para El, verás los resultados
Al terminar de leer esta segunda y ultima parte del taller "Algunos aspectos que debo saber" examinate a ti mismo y hazte algunas preguntas.
¿Soy el tipo de maestro/a de Escuela Dominical que se describe en este taller?, ¿me preocupo de prepara mi clase con tiempo?, ¿me preocupo de buscar actividades, ilustraciones y todo aquello que haga que los niños puedan entender mejor el mensaje, auque no venga en el material que tengo?, ¿oro por los niños indivudualmente durante la semana?, ¿me preocupo del por que de su comportamiento?, ¿se cuales son sus necesidades generales y específicas?, ¿se si mi alumno esta orando por algo importante para él?, ¿me esfuerzo porque el niño pueda llevar a la práctica la aplicación de la lección, se la explico bien, le digo que puede hacer durante la semana para llevar a cabo de manera práctica lo que ha aprendido en mi clase, le doy esa importancia a la Aplicación?
Contestate a ti mismo de manera sincera.
Si contestas que si a todo, enhorabuena, eres el tipo de maestro o maestra de Escuela Dominical que Dios esta buscando, si hay algunas preguntas a las que has contestado no, no te desanimes, nunca es tarde para comenzar a ser más efectivo y excelente nuestro trabajo, asi que "manos a la obra" y a ser el mejor maestro o maestra para la gloria de Dios y la bendición de tus alumnos.
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